domingo, 18 de noviembre de 2012

MOVIMIENTOS FEMINISTAS



Se considera que los movimientos feministas tienen su origen en la Declaración de los derechos universales de igualdad y de libertad promovidos en la Revolución Francesa y en la Ilustración, donde las mujeres tomaron conciencia de su situación y comenzaron a reivindicar la igualdad en todos los terrenos, tanto en derechos como en oportunidades y no solo para varones.
Recientemente, muchas voces sabias nos dice que el feminismo ya no es necesario porque las mujeres ya han resuelto sus problemas. ¿Es este análisis correcto? es evidente que se pueden dar respuestas diferentes, todas con argumentos convincentes.

En los setenta se afirmaba que el movimiento feminista era un fenómeno nuevo, desde sus propias filas surgió la tesis contraria. Apoyado por le trabajo de las historiadoras, las feministas y con ellas los interesados en los movimientos sociales redescubrieron el sufragismo. El olvido del movimiento sufragistas que contrastaba con la memoria sobre el movimiento obrero del siglo XIX formaba parte de la "invisibilidad" de las mujeres. Un movimiento que había sido importante, potente y que ningún análisis político histórico riguroso podía ignorar, había caído, sin embargo, en el más completo olvido.
El descubrimiento del sufragismo permitió ver que las mujeres no convertirían por primera vez en un movimiento social en los setenta y que por tanto no eran un "nuevo" movimiento. Las mujeres, al calor de la Revolución francesa se habían cuestionado su situación social y el rol que les había asignado. Se comprometieron con la revolución porque pensaron que sus demandas serían atendidas. Mientras los revolucionarios debatían sobre los derechos del hombre, plantearon los derechos de las mujeres indicando que como grupo social tenían una especificidad que debía ser tomada en cuenta. No sólo sus demandas finalmente no se incorporaron a la agenda política, sino que se las persiguió, se las encarceló y, en muchos casos se las guillotinó por defender estas ideas.
Las sufragistas recogieron el testigo es esta generación de mujeres. Aceptaban el análisis sobre la situación de inferioridad de las mujeres, es decir, su discriminación y pedían el acceso al mundo público del cual habían sido excluídas. Si bien, planteaban diversas reivindicaciones como el derecho a la educación y a poder tener un trabajo remunerado, convirtieron a la participación política en el medio para conseguir las otras demandas. El derecho al voto se convirtió, así, en el aglutinante de la movilización de las mujeres. Esto demuestra el respeto al parlamento y a la democracia representativa que tenían, cuando otros sectores sociales consideraban que sus reivindicaciones jamás podían ser atendidas por los parlamentos democráticos y que éstos debían ser eliminados.
El movimiento sufragista se desintegra poco antes de que se les otorgue el derecho ,al voto a las mujeres en muchos países occidentales. Al igual que ahora, conseguido el voto para las mujeres se estimó que el feminismo ya no tenía razón de ser. Sin embargo, a finales de los setenta hay una nueva rebelión de las mujeres en contra de sus situación social que se considera que es discriminatoria. resurge el feminismo como un movimiento social y su movilización no es sólo social, sino que se traslada también a las instituciones políticas económicas y culturales.
En este momento, las reivindicaciones de las mujeres se plantean en tres grandes áreas de actuación, no sólo piden acceso a las actividades y puestos de los que están excluidas.
En primer lugar, señalan que su biología no las condiciona para ser exclusivamente madres. Que tienen derecho a la sexualidad, al control de su cuerpo y a decidir libremente sobre su maternidad.
En segundo lugar, plantean que las relaciones entre los hombres y mujeres tiene un componente de poder.
En tercer y último lugar, señalan que existe una dicotomía entre lo público (la economía, la política y cultura) y lo privado (la familia) y que el rol que tiene en el ámbito privado es tan importante para el funcionamiento social como el público. La familia es también una unidad de producción de bienes y servicios.
En estas tres nuevas áreas de demandas feministas surgen las reivindicaciones concretas que centran las movilizaciones: el derecho al aborto; la paridad como forma de terminar con la jerarquía hombre/mujer y el poder masculino; y la exigencia de que el trabajo doméstico y los servicios que hacen las mujeres en el hogar sean reconocidos y compartidos. Muchas de estas demandas son incorporadas a la agenda de los poderes públicos que comienzan a implementar políticas específicas. Sin embargo, en muchos casos esta incorporación a la agenda pública no ha hecho que las actuaciones cambien efectivamente la realidad. Las estadísticas siguen mostrando que existe discriminación hacia las mujeres.
¿Ha desaparecido el movimiento feminista? Quizás conviene comenzar por recordar que un movimiento social no es un partido político o una organización que mantiene su existencia independientemente del grado de participación, movilización o acceso a los medios de comunicación. Un movimiento social. Esta diversidad es la que ha caracterizado a los movimientos feministas antes y ahora.
Si comparamos las distintas oleadas feministas lo que tienen en común sus demandas es que se basan en la constatación de que el sexo biológico se convierte en género social. Es decir, el hecho de ser mujer no es sólo un fenómeno biológico; sobre la biología se le construye un rol social y unos ámbitos de participación que constituyen su género. A este género se le asigna un estatus inferior que se traduce luego en la discriminación. Las sociedades y su organización social, económica y cultural ha cambiado históricamente. Sin embargo, en cada caso se ha mantenido esta jerarquía entre los géneros y esta discriminación. Por eso el feminismo reaparece a través del tiempo. Como la expresión en cada período histórico es diferente, las mujeres se han encontrado con discriminaciones de diferente tipo y en cada uno de los períodos de "resurrección" del feminismo se plantean reivindicaciones específicas.
Existe un movimiento de mujeres que es más amplio que el movimiento feminista. Esto es verdad. Pero no se puede olvidar que las conquistas de las mujeres han estado asociadas a la movilización feminista. Si hoy muchas mujeres no feministas o antifeministas tienen derechos políticos y pueden realizar otras actividades en el mundo público, es porque otras mujeres, las feministas lucharon por ello, en algunos casos dejando su vida en el camino.

Avances Científicos y Tecnológicos de los Años 60

 Historia Evolución Tecnológica Post Guerra Mundial
Durante los anos de la posguerra, la tecnología cambió progresivamente los diferentes aspectos de la vida cotidiana pero, sin duda alguna, hubo un tema que trascendió a todos los demás: la encarnizada y costosa rivalidad militar entre Estados Unidos y la URSS, en la que acabaron inevitablemente envueltos los países del este europeo y las democracias de Europa Occidental. Fue una rivalidad cuyas batallas se libraron sobre todo en el terreno tecnológico.
Por un lado, se produjo una proliferación de armas nucleares de creciente potencia y, por otro, fueron apareciendo los medios para transportarlas hasta puntos cada vez más remotos. Excepto en los aspectos no cuantificables de seguridad nacional e impulso de la actividad industrial, el enorme gasto resultó improductivo y, a través de sus repercusiones económicas, llegó a afectar las condiciones sociales.
Desarrollos tecnológicos de la posguerra
Inevitablemente, los primeros años de la posguerra se dedicaron más a la reconstrucción que a la innovación. Muchas de las actividades anteriores a la guerra prácticamente se habían detenido y sus responsables se limitaron a retomarlas en el punto en que las habían dejado. En Estados Unidos, por ejemplo, la fabricación de transmisores y receptores de televisión había estado prohibida durante la guerra y la medida no fue revocada hasta 1946.

Las transmisiones regulares en color comenzaron en 1950
Los automóviles de la inmediata posguerra eran básicamente iguales a los de antes de la guerra. Chrysler se adentró por nuevos terrenos en 1949, al introducir los frenos de disco que, sin embargo, habían sido concebidos por Lanchester a principios de siglo. Los neumáticos radiales, con mayor capacidad de agarre a la carretera, fueron introducidos en 1953. En los propios automóviles hubo sin embargo una marcada tendencia hacia modelos más pequeños, conforme al menor poder adquisitivo de la población.
El Volkswagen («coche del pueblo») alemán se había fabricado en muy pequeño número antes de la guerra, pero después del conflicto volvió a aparecer como el popular «Escarabajo», del que se vendieron millones en un período de 40 años. En 1949, la firma automovilística francesa Citroen lanzó su famoso «dos caballos», del que se vendieron cinco millones en los 30 años siguientes y que seguía siendo popular en 1987, cuando se interrumpió su fabricación.
La mecanización en agricultura, explotación de bosques y actividades afines quedó reflejada en el Land Rover británico, presentado en 1948, con un sistema de tracción en las cuatro ruedas adoptado del jeep militar norteamericano.
También las motocicletas entraron en una nueva fase, con la aparición de una variedad de modelos de baja potencia. La famosa Vespa apareció en Italia en 1946 y diez años más tarde se habían vendido un millón de unidades.
En Japón, en 1947, Soichiro Honda sentó las bases de una gigantesca industria internacional al añadir pequeños motores a bicicletas corrientes.
Como era de esperar, algunos de los cambios más importantes se produjeron en los sectores en que los adelantos realizados con fines exclusivamente militares pasaron a estar disponibles para usos civiles. La expansión fue rápida por dos motivos: en primer lugar, la fase de investigación y desarrollo ya se había superado y, en segundo lugar, los fabricantes habían perdido los contratos con el gobierno y necesitaban urgentemente un mercado civil para no precipitarse en la bancarrota.
La industria de la aviación fue uno de los casos más destacados. Tenía una gran capacidad productiva, pero carecía de contratos. Esta situación favoreció una enorme y rápida expansión de la aviación civil, que se benefició asimismo de los sistemas de radar para la navegación y el control del tráfico aéreo. Se produjo así una revolución en los medios utilizados para viajar, por ejemplo, en las travesías del Atlántico.
En los viajes transatlánticos, los grandes paquebotes habían competido entre sí, en los años anteriores a la guerra, ofreciendo buenas condiciones de comodidad y rapidez. En 1952, la flota existente se vio ampliada con el nuevo buque United States, construido a un coste entonces enorme de 75 millones de dólares y con un diseño sumamente innovador, basado en la utilización de aleaciones ligeras de aluminio para la superestructura. Pero el buque era ya obsoleto en el momento de la botadura pues la aviación civil ofrecía la travesía transatlántica en una décima parte de tiempo.
En 1957, más pasajeros cruzaron el Atlántico por aire que por mar y, hacia fines de los años 60, más del 97 % de los viajeros transatlánticos utilizaron el avión. El mismo cambio se registró en todo el mundo y el factor de la velocidad abrió un mercado completamente nuevo.
Durante los años de la preguerra, la industria química había inventado muchos productos nuevos en el campo de los polímeros, pero también en este caso la demanda militar había desviado las innovaciones de las aplicaciones civiles. Sin embargo, durante la posguerra, los nuevos polímeros inundaron el mercado. Las fibras artificiales, como el nilón y el dacrón o terylene, dieron un nuevo impulso a la industria textil.
El polietileno, considerado en un principio un plástico de uso limitado y especializado para la industria eléctrica, demostró ser un material adecuado para una gran variedad de fines. Su producción llegó a medirse en cientos de miles de toneladas y su uso aumentó todavía más cuando en 1953 K. Ziegler inventó un proceso a baja presión, destinado a reemplazar el original de altas presiones. En Italia, Giulio Natta aplicó el proceso de Ziegler a la polimerización del propileno, abriendo así un gigantesco mercado para el polipropileno.
Desarrollo del transistor
Para que las radios funcionen con corriente alterna, que es la suministrada por la red, es preciso rectificar esa corriente, es decir, convertirla en unidireccional. Al principio, se utilizaron con este fin dispositivos que aprovechaban la propiedad de ciertos cristales (como la galena o el sulfuro de plomo) para permitir que la corriente pasase en una sola dirección. Sin embargo, durante toda la primera mitad del siglo XX, estos dispositivos fueron casi enteramente sustituidos por los tubos termoiónicos (válvulas), capaces de rectificar y amplificar una corriente. Pero las válvulas tenían varios inconvenientes: eran voluminosas, consumían mucha electricidad y necesitaban cierto tiempo para calentarse y funcionar.
Al principio de los años 30, en los laboratorios de la empresa Bell Telephone, en Estados Unidos. W.H. Brattain había iniciado estudios detallados para desarrollar las propiedades de los semiconductores, es decir, de los materiales cuya resistencia eléctrica se sitúa entre la de los conductores (baja resistencia) y tos aislantes (alta resistencia). Sus trabajos revelaron que los efectos superficiales en un material semiconductor pueden producir la rectificación de una corriente. Estos rectificadores tenían, evidentemente, ciertas ventajas en comparación con los tubos termoiónicos; de hecho, durante la Segunda Guerra Mundial se utilizaron rectificadores de silicio para los sistemas de radar.
Después de la guerra, Brattain prosiguió la investigación en colaboración con J. Bardeen y descubrió que con dos contactos sobre un trozo de germanio era posible controlar la corriente que pasaba a través del semiconductor. El 23 de diciembre de 1947, Brattain y Bardeen demostraron que su dispositivo podía funcionar como amplificador de la corriente. Su comportamiento dependía de la formación de regiones libres de electrones en la capa superficial del semiconductor, bajo los contactos. Como el dispositivo funcionaba transfiriendo corriente a través de un resistor, lo llamaron transistor. La versión original tenía limitaciones: era eléctricamente «ruidosa» y sólo podía controlar corrientes de baja potencia. Pero poco después se desarrolló un transistor mejorado.
La versatilidad y el grado de miniaturización posibilitados por el transistor fueron sensacionales y generaron una industria de miles de millones de dólares para la fabricación de chips de silicio. El transistor puede considerarse uno de los inventos más importantes de todos los tiempos. Sin embargo, el programa de investigación que lo originó exigió un equipo sencillo: al parecer, el aparato más costoso era un osciloscopio.